domingo, 22 de abril de 2012

sábado, 7 de abril de 2012

Feliz Pascua


Jesús les dijo: “Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la Creación”. (Marcos 16,15)


Estamos en plena época de Pascua. La fiesta de la Pascua cristiana que nos trae el tema de la resurrección de Cristo.
¿Qué tiene que ver esa resurrección con nuestras vidas? ¿Ella nos toca de alguna manera, cambia algo en nosotros, o ella es apenas una alegría o una idea que dura lo que dura el gusto del chocolate en nuestras bocas?
Creer en la resurrección de Jesús fue algo muy difícil desde el comienzo. Diferentes relatos en los Evangelios nos cuentan que a las personas más cercanas de Jesús les costó creer en su resurrección. No creyeron en las mujeres que fueron las primeras en recibir la noticia de la resurrección de Jesús. Tomás tuvo que meter los dedos en las heridas del Jesús resucitado para creer. La alegría de los dos discípulos de Emaús por el encuentro con el resucitado (Lucas 24,13-25) no contagió a la primera comunidad, esta continuó sin creer. Finalmente Jesús resuelve aparecerse a los discípulos mientras estos comían y les reprocha su incredulidad y dureza de corazón, porque no creyeron a los que lo habían visto resucitado. A pesar de que él ya les había anunciado su muerte y su resurrección, ellos se sentían como antes de Pascua.
¿Y nosotros? Cuántas veces ya leímos, oímos y cantamos que Jesús resucitó, que él venció a la muerte, al miedo y a las mentiras. Y sin embargo, en tantos momentos y situaciones, nos sentimos como antes de Pascua.
¿Por qué como antes de Pascua? Pascua significa pasaje. Pasar de la esclavitud hacia la liberación; de la muerte a la vida; del odio y rencor hacia el amor y la reconciliación; de la ambición hacia la misericordia; del individualismo hacia la comunión. ¿Cuántas veces nos dejamos atrapar por sentimientos, promesas y actitudes que responden al odio, a la envidia, a la ambición, al miedo, a los rencores, a la ausencia del amor y de la misericordia?... Seguramente usted espera leer algunos ejemplos de esto ahora. Pero si comenzamos a buscarlos creo que no nos va a alcanzar esta página para anotarlos. Propongo entonces que cada uno/a los piense, los anote si quiere y los comparta en casa, en la iglesia, con el grupo de amigos/as.
Así como Jesús se les apareció a sus discípulos, así también hoy Él se hace presente en medio nuestro y nos invita a vivir y a hacer la Pascua. Es decir, nos invita a despojarnos de los temores, a salir del encierro, a ir al encuentro del prójimo. También hoy Cristo el Resucitado, nos llama a dejarnos transformar, a que permitamos que aquello que nos endurece y nos vuelve egoístamente orgullosos y ambiciosos muera en nosotros y nos permita renacer y transformar nuestras vidas. Y ¡qué bien hace sentirlo y vivirlo, siempre de nuevo, todos los días! Como decía Martin Lutero: la vida cristiana no es otra cosa que dejar morir, todos los días de nuevo, al viejo hombre en nosotros para que así nazca el nuevo.

También hoy aquel que resucitó nos envía al mundo a anunciar esta buena nueva a toda la Creación.

Pastor Pedro Kalmbach